Situación en los campamentos
Una consecuencia de la vuelta a la guerra ha sido la agudización de la crisis humanitaria en los campamentos, donde residen más de 173.000 personas, una cifra que se ha incrementado por las familias retornadas desde los territorios liberados. Apenas dos meses después de iniciados los combates habían llegado a los campamentos cerca de 5.000 personas.
Un estudio del Programa Mundial de Alimentos de 2018 revelaba que el 94% de los hogares saharauis dependían de la ayuda humanitaria para su supervivencia, si bien una parte de la población disponía de algunos recursos propios producto de los incentivos obtenidos por el trabajo, de la venta de bienes y servicios o de remesas enviadas por familiares en el exterior, lo que les permitía reducir la dependencia en alguna medida. Sin embargo, en los últimos años la confluencia de varios factores, han reducido los recursos de las familias. La expansión de la COVID ha podido ser controlada y la incidencia de casos y muertes no ha sido alta, pero las restricciones de movimientos que se impusieron en abril de 2020 redujeron las actividades e impidieron las visitas e intercambios con el exterior, empobreciendo la economía de las familias. Además, varias epidemias afectaron al ganado, fundamentalmente caprino, causando en pocos meses la muerte de al menos 1.700 animales. Sin haberse dado las condiciones para una recuperación económica, la reactivación del conflicto ha añadido una preocupación más que ha repercutido en la salud mental de la población, especialmente entre la gente más joven.
El llamamiento urgente que la Media Luna Roja Saharaui (MLRS) ha hecho en marzo de 2022 revela la creciente vulnerabilidad de la situación de la población refugiada saharaui, que afecta al 88% de las personas que viven en los campamentos. Particularmente vulnerables son la infancia y las mujeres en edad fértil. Más de un tercio de los niños y niñas menores de cinco años sufren desnutrición crónica, mientras que la tasa de anemia entre las mujeres embarazadas y lactantes supera el 73%. La MLRS urge a la comunidad internacional – países donantes, organismos internacionales y movimiento solidario con el Sahara – a proporcionar ayuda humanitaria de manera rápida para evitar un deterioro aún mayor de la situación de la población residente en los campamentos de Tinduf.